domingo, 22 de enero de 2012

LAVE/ entrega final de semestre



Marlet Velázco

















Pauline Obion
Tiene 20 años de edad. Es morena y tiene el cabello teñido de rojo. Usa un cintillo de orejitas de conejo. Parece un poco debilucha, y en realidad no goza de muy buena salud. Es irritable en extremo e histérica. En el fondo es medio tonta aunque quiere parecer despierta.
Mi propuesta parte del concepto, de lo que puede significar Pauline Obion  dentro de la obra “Una medalla para las conejitas” de César Rengifo. La premisa es la debilidad física de Pauline. Ella se muestra frágil y débil, pareciera que estuviera envuelta dentro de un capullo o una concha débil que al abrirse está ella aún más expuesta y vulnerable.
Muestra sus senos como una señal de feminidad y de mujer endeble, tras cubrirse levemente con una tela que hace ver las aureolas de sus senos. La tela de su traje pareciera que se rasgara con facilidad y que estuviera apunto de caerse para dejar a Pauline desnuda.
El rojo representa la sangre, el dolor, la enfermedad, más que la pasión y el amor. Las texturas le dan la sensación de desgaste, daño, ruina, deterioro y el volumen de la pieza deforma el cuerpo que lo lleva puesto. Haciendo así que las cuervas naturales femeninas, se pierdan dentro de aquella envoltura de tela.
Las orejas de  conejas, representan la sumisión, ligado al histerismo de su cabello. Es una mezcla entre humillación o dejarse humillar, ante los arranques hormonales repentinos en su máximo histerismo.

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